Las Pulseras Pan de Oro, también llamadas Pulseras Budistas, Tibetanas, Juncos del Templo, Pulseras Kumlai o Temple, están hechas a mano por los monjes de los templos budistas del Sudeste Asiático, originales de Tailandia.

La historia dice que son bendecidas para traer buena suerte a su poseedora. Difunden AMOR, SUERTE, PROTECCIÓN, UNIDAD y BUENA FORTUNA.

Los monjes budistas las regalan a la gente que hace donaciones a sus templos como símbolo de gratitud. Son las pulseras de la buena suerte por excelencia. Y dicen que si alguien te las regala, es que quiere que tengas mucha suerte en la vida.

Cuenta la historia que, para su creación los monjes recogen polvo de Oro de las ofrendas a Buda y llenan cada brazalete con él, luego lo sellan con una oración de protección y aceites sagrados.

Las pulseras se pueden mojar, son muy suaves y ligeras.